Juan Almendares
“Hombres que habéis abusado de los derechos más sagrados del pueblo,
por un sórdido y mezquino interés… ¡Con vosotros hablo,
enemigos de la independencia y de la libertad!”. Francisco Morazán
La campaña mediática contra las organizaciones magisteriales hondureñas demás de local es internacional. La esencia de la propaganda consiste en privatizar la educación y en obstaculizar la liberación de los pueblos de América Latina.
Su componente formal inmediato es el de presentar al magisterio como enemigo de la educación; además de justificar la reducción del gasto público y destruir a las organizaciones magisteriales.
Dos personajes de la farándula mediática internacional han entrado en esta escena del performance teatral oligárquico, ambos radicados en Miami. Una cantante y bailarina y el otro especializado en ridiculizar los valores culturales y los próceres de América Latina.
María Conchita Alonso (cubana venezolana) es la primera. Su presencia agosteña en Honduras fue para festejar el cumpleaños del “héroe” representativo del golpe militar sangriento, hacer campaña contra Cuba y Venezuela y justificar la represión contra los trabajadores de la educación y el Frente Nacional de Resistencia Popular.
María Conchita tuvo el rechazo del pueblo cuando expresó: “La verdad está dentro de mí”. En otras palabras “La verdad soy yo”. En consecuencia, al ser esta afirmación falsa; todo lo que dijo María Conchita sobre Cuba, Venezuela, y Honduras se fundamentó en la falsedad.
Andrés Oppenheimer de Miami, (argentino) ideólogo y defensor del capitalismo financiero. Soberbio como él sólo, vino a dar recetas sobre la educación (estigmatizar al magisterio). Ridiculizó las ideas de Morazán y de Bolívar y recomendó que deberíamos olvidarnos de la historia y dirigir la mirada hacia adelante (El Norte) y ser insolidarios con los pueblos del SUR.
¿Por qué habríamos de olvidar a Morazán? ¿Quiénes son y han sido los que estrangulan aquella idea central de su pensamiento: “La educación es el alma libre de los pueblos”?
Controlar la educación de un pueblo es atentar contra la libertad, dominarlo y oprimirlo. Despojarlo de sus valores culturales. Deformar la conciencia crítica y reflexiva de los educadores. Alienar a los maestros y maestras para que aprendan y enseñen los valores individualistas de la violencia del capitalismo que empobrece y enferma a nuestros pueblos.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional están conscientes de que la educación, la salud, la información y la seguridad privada son mercancías valiosas que se le venden en paquetes metodológicos (fraude) a los países explotados; y que es necesario aniquilar a las organizaciones magisteriales para privatizar la educación a nivel local e internacional. ¿Quiénes son responsables de que en Honduras se gaste más en armas que en educación? La oligarquía dispone de más armas, balas y guardias privados que quintales de maíz, de frijoles y de litros de leche disponibles para la merienda escolar.
El aparato represivo ha puesto en práctica la pedagogía del terror y la tortura que aprendió en la Escuela de las Américas. Después del golpe militar se han producido, con respecto al magisterio, quince asesinatos y ha habido centenares de perseguidos y traumatizados por la brutalidad policial y militar.
Las pérdidas económicas totales por el golpe castrense todavía no han sido cuantificadas. Sin embargo, sólo durante el cierre de las fronteras se dejaron de recibir 3,000 millones de dólares. Cuarenta millones de dólares fueron retirados de la cooperación externa educativa inmediatamente después del Golpe.
Estos fondos pudieron haber sido sumamente útiles para emplearlos en la educación mas no en la movilización de tropas para reprimir al pueblo, gastos en las bases y maniobras militares estadounidenses; privilegios de la casta militar y policial y cantidad de guardias de seguridad para cuidar los intereses de los altos funcionarios; gastos invisibles en las campañas mediáticas y en las estructuras del orejismo criollo.
La estrategia de la oligarquía golpista, de su soporte oligárquico tradicional y del complejo militar, minero agroindustrial y energético es privatizarlo todo. Ser dueños de los ríos, costas marítimas, bosques, agua, aire; de todo el país y convertir a los pobres en desechos humanos sin educación.
Para realizar este espantoso plan se pretende aniquilar al magisterio, promover la educación privada de los futuros robots y esclavos donde los pobres no tienen espacio social.
La oligarquía deforma los hechos: no habla del profesor multigrado, del abandono de las escuelas campesinas y de los barrios pobres y mucho menos de la mercantilización infame de la educación privada.
La guerra mediática contra los maestros y maestras ha utilizado todos los mecanismos posibles de la propaganda y los instrumentos de la violencia.
La estrategia ha tenido cuatro ejes: el primero reducir el problema educativo a la responsabilidad del magisterio. El segundo es que el mayor gasto en la educación se centra en el profesorado. El tercero es el descalificar a la educación pública con el objeto de privatizarla y ponerla al servicio ideológico de la oligarquía y el capital financiero. Y el cuarto es estigmatizar al magisterio, desacreditarlo y justificar el uso de la fuerza militar, policial, mediática con el fin de aniquilar al movimiento magisterial.
Es imperativo defender con valor y dignidad la lucha del magisterio nacional articulada al Frente Nacional de Resistencia Popular. Su protesta es justa al luchar contra las políticas de privatización; contra las violaciones a sus derechos laborales y contra el robo descarado y a mansalva de sus fondos de vejez y jubilación.
Educar para vivir y no educar para matar. ¡Menos armas, más educación!