Karla Lara, 3 de Septiembre de 2010.
Los viajes al interior del país son viajes al interior del cuerpo, al corazón de la gente sencilla, a la mirada limpia de las niñas y niños, a las sonrisas que dan la bienvenida de mujeres luchadoras a otras mujeres luchadoras, a las arterias que impulsan y devuelven sangre a una juventud que haciendo las cosas aprende a hacer la “Matria” nueva, a las entrañas del pueblo mismo. Viajar al interior en estos días del invierno, es reverdecerse una misma entre los árboles, es volver a creer en que las canciones valen si logramos dibujar en ellas esa fuerza y dignidad que la gente tiene, si una puede enternecerse de todas sus luchas, llevárselas, como dice “Pavelón” de los Guancascos, en el corazón.
La semana pasada en Marcala, La Paz, cantamos en el Primer Encuentro de Mujeres productoras de café, ¿cómo no organizarnos como mujeres dentro del sector?, si el aporte de las Mujeres que en todo el proceso desde la limpia pasando por el corte hasta tenerlo en grano seco y colocarlo en el mercado, es de al menos el 60% de todas esas tareas, y semejante aporte siendo invisibilizado. Cómo no hablar de la tenencia de la tierra, del problema de las barreras legales para ser tenedoras de la misma, cómo no hablar de lo que para nosotras implica en la jornada levantarnos al menos dos horas antes que el hombre y terminarla al menos cuatro o cinco horas después, porque sumamos a nuestra tarea sola del cuido de la casa y los hijos e hijas, la de la limpia, o corta cuando es cosecha y no pensar desde los espacios que construyamos como MUJERES en las formas prácticas y concretas que garanticen nuestra participación política en los espacios en los que se toman las decisiones. Cómo no pensar en organizarnos para que esas decisiones nos favorezcan e implementar una serie de acciones positivas que hagan posible que existamos en las juntas directivas de juntas locales, de patronatos u otras formas vivas y espacios de la vida política de nuestras comunidades.
La fuerza de esas mujeres me encantó, además que tuve la oportunidad de alternar con un grupo de teatro de la localidad organizado por las COMUCAP, recreando con ellas las historias de la inequidad para que dejen de ser así, para que nosotras nos empoderemos, esperando que al mismo tiempo los hombres encuentren una forma de explorar una nueva masculinidad y hagamos posible esa equidad que desde el Feminismo se propone.
Y ayer tuve la oportunidad de viajar junto a las compañeras del CEM-H (Centro de Estudios de la Mujer), las compañeras de la Colonia Ramón Amaya Amador, todas parte de Feministas en Resistencia a esa hermosa comunidad de Puerto Grande y acompañar, aunque sea un ratito a las mujeres y hombres del Movimiento por la Recuperación y Titulación de Tierras Zacate Grande, todo en el marco del cierre del Encuentro Centroamericano de Vía Campesina que haciendo homenaje a nuestra mártir Teresa de Jesús Flores de la UTC, llevaba su nombre. Un encuentro para hablar de nuevo de la problemática de la mujer alrededor de la tenencia de la tierra, de su titulación y de la lucha que se emprende para recuperarla.
“Con la mujer en la casa, la Reforma agraria se atrasa”, “Ni golpes de Estados, ni golpes a las mujeres”, “Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza”, “Por la tierra, por la tierra, estamos en pie de guerra”, “La tierra no se vende, se recupera y se defiende”, “Quien vende la tierra, vende a su madre”, “Todas somos Zacate Grande”, fueron los espacios que llenaban a gritos las mujeres entre cada discurso político de pobladoras, de representantes de otros países en el Encuentro, de la lectura del Pronunciamiento del Encuentro y de las participaciones artísticas de Susan Arteaga haciendo poesía como solo ella sabe hacerlo, de Aldo que apenas tiene 12 años pero tiene un garbo que te hace sentir lo entrañable que es su tierra y su lucha por defenderla, y yo agradecida una vez más con la vida, por tan hermosas oportunidades, por estar viva luchando, por estar viva y creyendo, por estar viva y creciendo en estos viajes al interior!!.