El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH, ante la catástrofe humana que vive el pueblo de Haití manifiesta:
Con miles de manos negras e indígenas se han construido las naciones latinoamericanas y caribeñas. Con el látigo y el dólar de los colonizadores se han oprimido a sus pueblos. Haití, hoy levanta escombros de lo que queda de un país arrasado por intereses colonialistas. La desgracia del pueblo haitiano no es producto de su geografía sino de su historia de ocupaciones, esa que determina que unas vidas son más importantes que otras. Es así como se explica que después de varios días, la ayuda humanitaria no ha beneficiado a la mayoría de la población y que hasta los noticieros de la televisión más oficiales estén denunciando que se atienden urgentemente únicamente a los que pertenecen a cierta organización internacional que sabemos es la ONU, y sus fuerzas de ocupación. Miles de personas han muerto. Entre ellas dirigentes de organizaciones sociales que luchaban por la soberanía de este pueblo. Que se organizaron en contra de la violencia hacia las mujeres. Que trabajaban por una vida digna para un pueblo que en la historia es reconocido por que hizo la única rebelión de esclavos que acabó con la esclavitud antes que otro país en América.
Un enorme luto nos cubre a todas y a todos. Desde el COPINH, con solidaridad ante la desmedida desgracia que hoy les abate, hermanos y hermanas, les acompañamos en la medida de nuestras posibilidades. Como ustedes, sabemos qué significa la ocupación militar y “desarrollista” en nuestras comunidades, y la amenaza neocolonialista que representa la cooperación internacional de ciertos gobiernos y grupos. Como ustedes hemos vivido la dureza de la madre naturaleza cuando se combina con la vergonzosa miseria a la que nos someten las políticas imperiales del planeta.
Con el espíritu de nuestras luchas comunes, nos hermanamos con ustedes.
Rendimos tributo a las miles de víctimas de esta desgracia.
Repudiamos la ocupación que militares norteamericanos y de otros ejércitos coloniales refuerzan en su dolida isla caribeña.
La Esperanza, Intibucá, a 17 de enero del 2001