La marcha de la Resistencia en San Pedro Sula programada por el Frente Nacional de Resistencia, Valle de Sula, para acuerpar la recolección de víveres para los damnificados haitianos fue reprimida por elementos de la Policía y el Ejército cuando intentaba caminar hacia la Plaza La
Libertad, en el parque central de San Pedro Sula.
Los policías y militares represores al servicio del régimen golpista amenazaron con violencia contra los manifestantes pacíficos, por lo que los líderes de la marcha decidieron disolverla para salvaguardar la integridad física de muchos niños y niñas que acompañaban a sus padres en la caminata por la dignidad del pueblo hondureño.
Los líderes del FNRP-VS sostienen que la represión de esta marcha se debe a la obsesión compulsiva del usurpador Roberto Micheletti por intentar aplastar toda oposición evidente hacia sus ambiciones y arrebatos de megalomanía traumatizante.
Así mismo sostienen que este personaje nefasto ordenó la represión de la marcha por la sencilla razón de que él vive en el paroxismo de la paranoia aguda, que le hace ver enemigos hasta en la papilla con que lo alimentan. Consecuentemente, según su demencia paranoide, unos cuantos cientos de hondureños, que salieron con sus familias e hijos pequeños a manifestarse por la dignidad de su pueblo, constituye una amenaza contra su vida, a pesar de que la marcha se realizaba con la intención de caminar hacia el centro de la ciudad, en tanto que él inauguraba una pequeña y sucia placa de reconocimiento en el bulevar camino hacia la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula, a muchos kilómetros de distancia.
Efectivamente, en el área de celebración, frente al mall Galerías del Valle, un helicóptero militar artillado sobrevoló él área desde horas de la mañana, y aunque durante la tarde se retiró hacia la 105 Brigada de Infantería, muy cerca de allí, el aparato y su tripulación permanecían en ’stand-by’ y listos para realizar un despegue de emergencia, según nuestras fuentes en la institución militar.
Aparte de eso, el área se encontraba cubierta por no menos de 500 militares apertrechados para el combate, mientras no menos de unos 100 paramilitares vestidos de civil inundaban las calles aledañas de las colonias Jardines del Valle y los Laureles, desviando el tráfico, y provocando congestión y malestar entre los residentes.
‘Sí, yo apoyo la remoción de Zelaya,’ dijo la Sra. Gloria Rodriguez, residente de Jardines del Valle, ‘pero encuentro detestable la presencia de Goriletti aquí, y me avergüenza que esté inaugurando obras en nuestra comunidad. Este hombre es conocido desde los años setenta como un criminal empedernido, y su presencia aquí es intolerable y disruptiva. No queremos conflictos en nuestra
comunidad…’
En el área se observaban francotiradores apostados en las alturas del mall Galerías del Valle, y un gran número de automoviles blindados, además de dos ambulancias militares. Es imposible no observar el gran gasto del erario nacional que la mobilización de este temeroso personaje causa, lo mejor sería que se quedara en su casa y la fortificara, en vez de causar la erosión innecesaria y desvergonzada, además de ilegal, del dinero de los contribuyentes hondureños.
Es imposible tambien no hacerse la pregunta ‘¿A qué le teme tanto Micheletti?’