jueves 16 de julio de 2009

Opinión Necia 16 de julio

Amig@s de Los Necios:

Penosa situación interna atraviesa el golpismo. Es natural; ante la traición cometida contra todo un pueblo, la conciencia se convierte en una fábrica de fantasmas y enemigos. La paranoia los invade y su comportamiento los contradice, los divide, los debilita y los conduce rápidamente al fracaso.

Carlos Flores Facussé ha notado la corta durabilidad de su propio plan y se dispone a abandonar el barco. Tras bambalinas comienza por disculparse y hacer creer a los sectores democráticos y populares que su participación en la iniciativa, planificación y ejecución del golpe fue nula o marginal; mientras otro sector golpista hace referencia de sus “grandes capacidades” demostradas en tomar en cuenta detalles de la acción que no permitió la consulta popular y la peligrosa participación del pueblo en las urnas.

Ahora teme; sabe que protagoniza en las consignas de las marchas encabezando la lista de los golpistas, así como la ignominia en la historia de Honduras. Además es cobarde, ahora pasa de disculparse a abandonar a sus compinches en el golpe que no rinde todos lo frutos por ellos esperados. No era un huracán del que vendrían millones de dólares de la comunidad internacional para embolsarse fácilmente, mientras él escribiera rancias poesías, desnudara su total incompetencia como gobierno y su profundo desinterés por Honduras; No, resultó lo contrario. Se cierran las cuentas internacionales, se detienen las donaciones y le señalan en todos muros de la ciudades del país y los informes de las representaciones diplomáticas. También lo traicionan desde su propio sector donde no existen amistades, sino intereses; se arrepienten muchos de los empresarios golpistas cuando comienzan a invertir propios capitales en la aventura insostenible que prometía arca abierta y beneficio inmediato. Los traidores se traicionan, se temen, se dividen, se acusan, se resquebrajan.

Luego traicionan a los militares. Batallones, mandos medios y sectores de la oficialidad que nunca estuvieron con el golpe, se organizan. Tiene reuniones y elaboran un complot contra la promoción golpista. Romeo Vásquez Velázquez, ahora nuevamente famoso por su antigua ocupación como ladrón de automóviles, se arrepiente de haber vendido al Presidente por 18 millones de dólares. No todo es dinero cuando el futuro solo promete cárcel. Ahora Carlos Flores Facussé lo expone como “hombre de iniciativa” y decisión en el proyecto del golpe de Estado. Otros sectores golpistas intentan culpar al ejército y sus mandos superiores para lavarse las manos. Los usan, los exponen, los traicionan, los desechan.

El desastre financiero. Otra golpista prepara un discurso que intenta motivar a los aventureros de la derecha: “hay que apretarse a los presupuesto” “hay salud financiera” “tenemos como sobrevivir” Gabriela Núñez – incondicional de Flores Facussé – trata por todos los medios de darle un rostro técnico al golpe de estado. La finanzas del país caen estrepitosamente por el robo directo del sector en el poder, pero también por la imposibilidad de gobernar un país que tiene movilizaciones diarias, tomas de carreteras, sectores de oposición unidos y mejorando con facilidad la resistencia que supera etapas y que promete proyectos que rebasan el retorno al orden constitucional.

Por su parte, el pueblo retira sus ahorros previendo el colapso. También lo hacen los empresarios golpistas que admiran al solitario de Micheletti, pero que en realidad, por encima de todas las cosas, aman su propio dinero.

Micheletti flaquea. En reuniones privadas desea mantener la calma; no puede, se perturba alza la voz y recurre a la estrategia de ponerse más ronco al hablar y más agresivo para sentirse más hombre. El enojo no son ideas; no logra entender porqué las cosas no son como quiere y entonces sentencia que deben haber más capturados, más golpeados y si es necesario un poco más de muertos para que quienes no lo comprenden, lo hagan ahora obligados por el miedo. Sus asesores se desesperan pidiéndole que no se enoje, que lo tome con calma, que tiene que ser más frío para vencer al pueblo, a la comunidad internacional, a la razón, a Mel Zelaya, a los indecisos de sus propias filas, a los que lo abandonan en el ejército, a Carlos Flores Facussé que habla mal de él a sus espaldas. Sus asesores le piden lo imposible a una mente en la que no coinciden dos ideas al mismo tiempo. Micheletti es en todos los sentidos un ser brutal.

Otras estrategas. Mientras las compañeras del movimiento feminista fueron golpeadas por fuerzas de la policía en una manifestación pacífica en rechazo al nombramiento de la directora del Instituto Nacional de la Mujer y en términos generales en contra del golpe militar, la estratega de la derecha Armida de López Contreras, decide pedirle financiamiento y asesoría a Roberto Carmona, agente de la CIA, entrenado para desestabilizar gobiernos, entrenar militares en tortura y asesinato y en asesorar campañas de guerra psicológica, ahora también tomará un tiempo para revisar una paleta de colores para pintar la paredes de la capital ya que se miran muy feas con las palabras “Isis Obed Presente” “Abajo los golpistas” “Cardenal Asesino” “Viva Mel” “Custodio de los ricos” “Goriletti títere”.

Un capellán militar. También el ciudadano de la ultra derecha, Oscar Rodríguez, que dentro de la iglesia ostenta el título de cardenal, en la sociedad hondureña y en la conciencia del pueblo no es nada más que otro golpista. De tal manera que ha visitado personalmente misiones internacionales para defender el gobierno militar, además de atacar con personal apasionamiento la figura del Presidente Manuel Zelaya, sin olvidar nunca que él habla en representación de toda la feligresía católica de Honduras. Aunque otros jerarcas de su propia iglesia desmienten sus declaraciones públicas y aclaran en otros círculos que el capellán militar es el principal cuentahabiente de Banco de Occidente y recibe del Estado de Honduras – o sea del trabajo del pueblo- cuantiosas sumas mensuales. Sus votos no son de pobreza o de amor al prójimo, son de amor al dinero, a la posición social y al fascismo de Estado. Evidentemente tampoco es más pequeño que el ojo de una aguja a menos que sea medido por el tamaño de su moral.

El pueblo se alza y golpe militar también cae desde adentro. Las movilizaciones crecen, la solidaridad internacional moraliza al pueblo y la lucha continuará después de caído el golpe. La oligarquía pagará caro su error.

¡Isis Obed Murillo Presente!

¡Venceremos!

¡Necedad!

OPLN