La comunidad pech de este municipio sigue denunciando atropellos de grupos que pretenden adueñarse de la pocas tierras que aún poseen. Desde hace años, este grupo étnico reclama ante las autoridades la legalización de sus tierras, pero los intentos han sido en vano.Aparicio Montes, cacique pech, informó que desde hace días se les cerró la única vía por la cual se puede entrar y salir a la comunidad de Moradel, donde vive la mayoría de la población étnica. "Están irrespetando nuestros derechos y nuestra dignidad como etnia; se están aprovechando de nosotros sólo por el hecho de ser humildes. Le pedimos a las autoridades que no se presten al favor de los ricos sólo porque tengan poder económico, no es posible que por eso se nos vea de menos", añadió.
Esta vía que comprende un trayecto de casi un kilómetro ha sido utilizada durante más de 40 años por la comunidad, "y lo insólito es que por donde pasa son tierras que siempre han sido nuestras, pero que los grandes se han apoderado de ellas sólo porque tienen el poder para humillarnos", dijo el cacique. Montes aseveró que no es posible que "estas familias se sigan adueñando de nuestras tierras, y ahora se han hecho fuertes contra nosotros, por lo que pedimos la intervención de las autoridades porque ya es mucho el irrespeto". Además de este problema, la pobreza extrema, la falta de viviendas, servicios básicos en salud y alimentación son los mayores inconvenientes para esta comunidad sumergida en las espesas faldas de los cerros Capiro y Calentura de Colón. Actualmente, la mayoría de los pech están establecidos en el departamento de Olancho, diseminados en varios poblados: Nuevo Subirana, Pisijire, Jocomico, Agua Zarca, Santa María de El Carbón, Vallecito, Dulce Nombre de Culmí y Culuco. En Gracias a Dios: Las Marías, Baltituk y Waiknatara y en el departamento de Colón: la comunidad de Silín.