América Latina ha sido históricamente un laboratorio de experiencias emancipatorias, y un escenario de saqueo, destrucción y genocidios; un espacio de choque de corrientes mundiales de inversión, de invención, de iniciativas diversas de resistencia y de creación de poder popular.
En ese territorio, Centroamérica fue y es un cruce de caminos; y Honduras un lugar por el que van y vienen intereses contradictorios. Un tablero en el que se juegan batallas que comprometen -a veces dramáticamente- la suerte de su pueblo, pero cuyas motivaciones en más de una ocasión han correspondido a intereses de otras naciones o de corporaciones transnacionales.
El reciente encuentro del presidente de Colombia Juan Manuel Santos, del presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, y del continuador de la política golpista hondureña Porfirio Lobo, ha sido una decisión que todavía trata de ser interpretada en las filas de la Resistencia Hondureña y de los movimientos populares colombianos, pero también por quienes hacemos del latinoamericanismo y del internacionalismo nuestra particular manera de estar en este mundo.
Mientras la información sigue nutriendo distintas especulaciones, y desde los actores del encuentro se sugiere que los gobiernos de Colombia y Venezuela facilitarán un proceso de “diálogo” y “reconciliación” en Honduras para lograr su reconocimiento en el sistema interamericano, nuevos hechos -como la extradición a Colombia del periodista Joaquín Pérez Becerra, realizada por el gobierno de Hugo Chávez a pedido de Santos- alertan sobre el giro complejo que viene tomando la política exterior del gobierno venezolano, aumentando las preocupaciones sobre el sentido más profundo de estos diálogos. ...leer mas...