viernes 25 de diciembre de 2009

Destituyen embajador salvadoreño condecorado por dictadura hondureña

de El Libertador

El Salvador destituyó a su embajador en Tegucigalpa, Sigisfredo Ochoa Pérez, después de que aceptara, sin autorización, una condecoración otorgada por la dictadura de Roberto Micheletti, quien no ha sido reconocido por la Administración del mandatario Mauricio Funes.

La decisión fue comunicada en una resolución, fechada el 22 de diciembre y difundida hoy por el Ministerio de Relaciones Exteriores, que señala que el coronel Ochoa Pérez cometió con su acción una "violación a la Constitución de la República, lo cual constituye una falla grave en el ejercicio de sus funciones".

El diplomático no tenía autorización de la Asamblea Legislativa para recibir la Orden de Francisco Morazán en el grado de Gran Cruz Placa de Plata, que le impuso este martes el canciller golpista, Carlos López Contreras.

Además, la cancillería resolvió "hacer del conocimiento de la Fiscalía General de la República los hechos que motivaron esta decisión, a efecto de que se investigue la eventual comisión del delito de infidelidad en negocios de Estado".

"Siendo el cargo de embajador, por su naturaleza, de absoluta confianza, por representar personalmente al jefe de Estado, al Gobierno y al pueblo de El Salvador, la conducta del coronel Sigisfredo Ochoa Pérez, ha hecho desaparecer toda confianza en su aptitud y fidelidad para desempeñar el cargo", añadió el documento.

Esa afirmación la ratificó Funes, quien descartó que la destitución se deba a una "persecución política".

"El señor Ochoa Pérez no es una persona de mi confianza, ni del canciller (Hugo Martínez)", sostuvo el jefe de Estado, quien indicó que una de las "primeras decisiones" de su Gobierno fue dejar "sin efecto su contratación como embajador".

El mandatario también declaró que si el embajador "ahora viene y dice" que su destitución "es producto de una persecución política, está mintiendo. Muy poca cosa para perseguirlo políticamente" añadió.

Funes señaló que el ministro de Exteriores "dio instrucciones" para que cuando llegue al país se le retenga el pasaporte diplomático e indicó que Ochoa ya no puede contar con ventajas fiscales.

Medios locales indicaron que Ochoa Pérez dijo en su discurso de aceptación de la condecoración que esperaba que El Salvador reconociera al nuevo Gobierno hondureño, elegido en noviembre pasado, y consideró que "nadie debe amenazar a un país que como Honduras tomó sus propias decisiones y soluciones".

El pasado 29 de noviembre, Porfirio Lobo, del opositor Partido Nacional, fue elegido próximo presidente de Honduras en unos comicios celebrados en un marco de ruptura del orden constitucional debido al golpe de Estado contra Manuel Zelaya, por lo que gran parte de la comunidad internacional ha dicho que no reconocerá los resultados de esas elecciones.

"Bien por los hermanos hondureños (...) que le han dicho al mundo que las organizaciones internacionales no son tribunales que pueden a su antojo condenar ningún país, puesto que no son jueces", añadió Ochoa Pérez en su discurso, según publicó hoy el rotativo salvadoreño La Prensa Gráfica.

El Gobierno de Funes condenó el golpe de Estado que desalojó de la Presidencia a Zelaya y desde entonces se ha negado a reconocer la dictadura de Micheletti.

Tampoco ha definido si reconocerá a Lobo, que fue declarado presidente electo por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras.